Pecado inolvidable by Julie Kenner

autor:Julie Kenner [Kenner, Julie]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Erótico, Romántico
editor: ePubLibre
publicado: 2021-01-26T00:00:00+00:00

* * *

Durante las siguientes dos horas, Brandy y yo vamos charlando de tienda en tienda mientras ella hace un inventario de las existencias, recoge los formularios de pedido y discute los precios. Por mi parte, me dedico a mirar escaparates, aunque compro dos camisetas ridículas, y no me reconoce nadie hasta que estamos en la última tienda, justo antes de ir a Brewski.

O, al menos, asegura reconocerme.

—Tú eres la que está saliendo con Devlin Saint —⁠me dice una clienta de The Escape, al tiempo que se acerca a mí a la carrera y empieza a rebuscar algo en su bolso⁠—. Es guapísimo. ¿Está tan bueno de cerca como de lejos? —⁠Habla tan rápido que, aunque quisiera, no habría podido responderle⁠—. Lo vi una vez en la calle, pero cuando llegué al lugar donde estaba, ya se había ido. Seguro que imprimes todas las fotos de las redes sociales. Si fuera tú, las tendría todas pegadas en el espejo.

—Mmm… —murmuro al ver que saca un bolígrafo de su bolso y me lo ofrece.

—A ver —me dice—, ¿me firmas un autógrafo aquí?

«Aquí» es el sobre de la clínica de un dentista con un sello de atrasado.

—Mmm… —repito pensando en lo agradecida que estoy de no haberme enganchado jamás a las redes sociales. Sé que publican noticias de Devlin y mías, pero no suelo hacerles mucho caso, y supongo que alguien nos avisará a alguno de los dos si la cosa se sale de madre.

—¡Ay, por favor! —exclama la mujer⁠—. Te juro que no lo venderé.

Casi me río, porque la idea de que alguien pague por mi firma me resulta desternillante. La dueña de la tienda, Inez, me mira e inclina la cabeza como preguntando: «¿Me deshago de ella?».

Niego con la cabeza para hacerle saber que no pasa nada.

—Claro —le digo a la mujer—. Ahora mismo te lo firmo.

Lo hago, y parece tan contenta que me da la sensación de que ha debido de confundirme con alguna estrella de cine.

—Qué raro —les digo a Inez y a Brandy después de que la mujer se vaya a toda prisa, seguramente para guardar mi autógrafo en la caja fuerte.

—La gente colecciona cosas —⁠comenta Inez encogiéndose de hombros⁠—. Es una de las razones por las que funciona tan bien la línea de joyas de tortugas que vendo. —⁠Esboza una sonrisa burlona que se refleja en sus claros ojos azules⁠—. Cuando leía las noticias que se publicaban sobre Devlin Saint, pensaba que coleccionaba mujeres. Pero supongo que me equivoqué. Parece muy contento con un único trofeo en su colección.

Le hago una falsa reverencia y las tres nos reímos. Inez me cae bien desde que me salvó el pellejo al encontrarme un vestido de cóctel asequible justo después de llegar a Laguna Cortez.

Brandy y yo la invitamos a tomar un café con nosotras.

—Lo dejamos para otro momento —⁠nos promete⁠—. Tengo un montón de papeleo pendiente. Gestionar un negocio puede ser una lata. Además, estoy esperando una entrega. Pero gracias por la invitación.

—¿Alguna parada más? —le pregunto a Brandy cuando volvemos a la calle.

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